La senda que elegimos para subir a la sierra era de 7 kilómetros, subiendo constantemente y con cada vez más inclinación, al principio no se encuentra a penas nieve pero una vez que se está por encima de los 1600 la nieve se hace cada vez más densa hasta que para avanzar tienes que hundirte hasta casi la rodilla.
Este arbol es la caña, todas su ramas han crecido hacia abajo, como si fueran raices, parece como si fuese la copa de un arbol que se ha roto (había mucho árboles partidos por el peso de la nieve y el tiempo) y al desprenderse ha caido clavada del revés
Al principio de la subida el camino es muy resbaladizo, cruzan por el varios pasos de agua por los que hay que cruzar y tambien tuvimos grandes dosis de barro, pero lo peor llega cuando estas muy arriba, el camino se pierde y toca subir agarrados a árboles y rocas y enterrados en nieve
El paisaje es impresionante, conviene ir abrigado pero con ropa muy cómoda, cuanto menos peso lleveis mejor para vuestras espaldas.
Cuando avanza el día sube la temperatura, no mucho pero lo suficiente como para que la nieve de los arboles se derrita lentamente, es como si lloviera, acabas empapado.
A 1700 metros ya no se escucha más que el paso de las nubes entre las copas de los árboles
En la cima, un frio que pela y nosotros con el tuper de filetes empanados y las empanaidillas, dos cuervos nos hacían compañia.
Bueno, espero que os hayan gustado las fotos de nuestra visita a la Sierra de las Nieves, os aconsejamos esta visita, os garantiza agujetas pero tambien un paisaje espectacular.
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